Ya.
Ni tú, ni nadie. Si nos no regala la fe el Espíritu Santo, claro.
Pero así fue. No creemos en un Dios de muertos, sino de vivos. Su AMOR es tan fuerte que vence a la propia muerte. Eso se merece una buena ficha, ¿no? Ah, y también a Fray Juan y a sus amigos contándonos la historia como sólo ellos la saben contar.
En este enlace lo puedes descargar directamente.
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