Debo confesar que estoy muy, pero que muy contento de dar clase a este grupo. Son fantásticos, despiertos, energéticos y trabajadores, imaginativos y sorprendentes. Es fantabuloso compartir con ellos esta labor de hacernos personas juntos, poco a poco.
El tema de la pasión, muerte y resurrección de Jesús siempre "impone" un poco, es cierto. Hasta que te pones a ello; entonces, el sentido y la capacidad trascendente del niño, junto con su sencillez, te da una gran lección. ¡Ay, si los adultos tuviésemos el corazón tan dispuesto!
Para terminar (por ahora) vamos con una canción. ¡Venga, que hace mucha falta la lluvia!
Aquí está la letra, y aquí puedes descargar la canción. A ver cómo nos sale.
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